Huellas con alma Guanacasteca
La más reciente exposición de Karen Clachar, “Encuentro con la sombra”, inaugurada, el 7 de mayo en la sala de exposiciones temporales del Museo Nacional, es un claro ejemplo de arte participativo.
Es la culminación, el registro de la creación colectiva de la artista con su pueblo natal, el guanacasteco. Es un proyecto documental titulado Huellas de una Herencia, encaminado a rescatar del olvido la música, poesía, personajes locales, tradición oral, comidas, oficios tradicionales y celebraciones populares.
Karen traslada el esfuerzo por dignificar y legitimar los principales actores de la historia de Guanacaste a los soportes y lenguajes artísticos contemporáneos.
Nos interpela con una muestra donde predomina la fotografía, donde el videoarte desestructura el anonimato y las instalaciones invitan al público a ser descubiertas, tal es el caso de los pañuelos y las láminas de concreto que registran las huellas de pies descalzos de los sabaneros.
La curadora de la muestra describe a Clachar como un cartógrafo, ya que “une las partes y hace un mapa personal que nunca es un todo, sino la suma de muchos pequeños insignificantes e invisibles”.
El acto inaugural lo realizó María Elena Carballo, Ministra de Cultura y Rocío Fernández, directora del Museo Nacional, quien la calificó como “de agudo sentido crítico, cuidadosa factura estética y conmovedora honestidad”.
Uno de los grandes éxitos de la noche y parte medular de la obra –entendida a razón de performance– fue la comida. La deliciosa crema de pejibaye, el picadillo de plátano y los buenos polvorones, dieron a los asistentes la nota básica de identificación con el tema.
La más reciente exposición de Karen Clachar, “Encuentro con la sombra”, inaugurada, el 7 de mayo en la sala de exposiciones temporales del Museo Nacional, es un claro ejemplo de arte participativo.
Es la culminación, el registro de la creación colectiva de la artista con su pueblo natal, el guanacasteco. Es un proyecto documental titulado Huellas de una Herencia, encaminado a rescatar del olvido la música, poesía, personajes locales, tradición oral, comidas, oficios tradicionales y celebraciones populares.
Karen traslada el esfuerzo por dignificar y legitimar los principales actores de la historia de Guanacaste a los soportes y lenguajes artísticos contemporáneos.
Nos interpela con una muestra donde predomina la fotografía, donde el videoarte desestructura el anonimato y las instalaciones invitan al público a ser descubiertas, tal es el caso de los pañuelos y las láminas de concreto que registran las huellas de pies descalzos de los sabaneros.
La curadora de la muestra describe a Clachar como un cartógrafo, ya que “une las partes y hace un mapa personal que nunca es un todo, sino la suma de muchos pequeños insignificantes e invisibles”.
El acto inaugural lo realizó María Elena Carballo, Ministra de Cultura y Rocío Fernández, directora del Museo Nacional, quien la calificó como “de agudo sentido crítico, cuidadosa factura estética y conmovedora honestidad”.
Uno de los grandes éxitos de la noche y parte medular de la obra –entendida a razón de performance– fue la comida. La deliciosa crema de pejibaye, el picadillo de plátano y los buenos polvorones, dieron a los asistentes la nota básica de identificación con el tema.
