Ella realiza esta rutina porque le gusta estar en forma; y para ello, utiliza las pesas y las máquinas de cardio. “Me sirve para tonificar y para aumentar de peso ya que estoy algo flaca”, comentó en tono jocoso.
Viene al menos tres veces por semana y aunque desearía hacerlo con más frecuencia, su trabajo no se lo permite, pues muchas veces tiene que salir de San José. Como para reconfortarse, asegura que sus padres, John y Julian Holder, no fallan, ya que siempre asisten al gimnasio, lo cual la hace muy
feliz.
“No hay palabras”, dijo Diana, al comentar sobre la evolución que ha tenido el gimnasio del Club; “cuando empecé había cuatro máquinas y era un espacio muy pequeño, las pocas pesas que tenía estaban herrumbradas, era un gimnasio muy sencillo porque estaba empezando; ahora es un lujo”, sostuvo.
Cuando puede, aprovecha para hacer spinning; también ha llevado algunos cursos de tae-bo y aeróbicos.
Diana trabaja en fotografía y aunque le gusta, de forma extraordinaria, la naturaleza con todo lo que en ese sentido le ofrece Costa Rica, comenta que esto no le alcanzaría para vivir, por ello, también se dedica a fotografiar bodas.
“Las fotografías de bodas no son mi sueño, como sí lo son las de la naturaleza, pero esto no da plata, por eso tengo que trabajar comercialmente”, destacó esta joven y simpática socia, quien reconoce que sí ha presentado algunas exposiciones de sus trabajos, e incluso lo ha hecho para “la exposición
colectiva de socios”, que anualmente realiza el Club en agosto.
Diana se especializó como fotógrafa en Estados Unidos e hizo estudio de grado en temas Ambientales, en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA).
“Normalmente imprimo las fotos de la naturaleza, las enmarco y las doy como regalo”, expresó con gran satisfacción.