En diciembre pasado, participó en el campeonato Centroamericano que se jugó en México, en el que también tuvo destacados logros que lo perfilan como un jugador con un futuro brillante en este deporte. Sus logros se deben a su entrega y a que es un fiel seguidor de quienes han sido sus profesores; entre ellos y con mención especial nombra al recordado Víctor Angulo, el conocido “Tito” y desde luego a Marie Ramírez y ahora a Alberto Lizano.
James juega boliche desde que tiene siete años; como anécdota recuerda que cuando llegó a los 11 decidió retirarse de su práctica, pero un año después pudo más la fiebre y volvió al bolerama. “El boliche es mi vida, le dedico muchas horas a entrenarme, de dos a tres por semana y aparte, juego en las Ligas”, destacó Stanley, quien agregó que este deporte le gusta porque desde pequeño lo practicó gracias a la insistencia de su abuelo Rodrigo Esquivel,
y de Tito.
Su deseo es llegar a jugar en las grandes ligas bolicheras, en Estados Unidos o en otros países donde esta disciplina se ha desarrollado bastante y tiene gran arraigo; a pesar de su corta edad piensa que si sigue practicándolo con constancia y calidad podrá hacerse acreedor a una beca deportiva de una universidad en el extranjero.
Sobre su participación en las Ligas de los Lunes y los Martes, afirma que le gusta jugarla porque disfruta y goza con los socios adultos los juegos de esos días.